¿Por qué los avales pueden motivar el conflicto entre los socios?

Mario Cantalapiedra - Economista

A pesar de que el propio Banco de España reconoce que la decisión bancaria de conceder financiación a los clientes debe basarse de forma preferente en su capacidad de pago y no exclusivamente en el valor esperado de las garantías que puedan aportar, lo habitual es que las entidades de crédito exijan garantías (reales/personales) a su clientela que aseguren el riesgo de las operaciones de préstamo y crédito.

En este sentido, las empresas pueden garantizar el riesgo de la financiación solicitada al banco por sus propios medios o aportando el aval o la fianza de un tercero (avalista / fiador), figuras que a menudo se equiparan cuando no son exactamente lo mismo .

Mientras que el avalista se compromete a respaldar a la empresa en caso de que esta impague convirtiéndose en otro deudor principal y respondiendo por la totalidad de la deuda, el fiador también responde del impago, pero lo hace en un plano diferente.

En principio, el fiador no puede ser obligado a responder por la deuda si antes el banco no la reclama a la empresa afianzada (beneficio de orden), excepto que la fianza se pacte con carácter solidario. Por otro lado, el banco deberá agotar el patrimonio de la empresa deudora antes de acudir contra el del fiador (beneficio de excusión), el cual igualmente puede ser excluido en el contrato. Por último, en caso de que existan varios fiadores de una misma empresa, la deuda se reparte de forma proporcional entre todos ellos (beneficio de división), aspecto que de igual modo puede ser suprimido.

Lo habitual es que el banco negocie la renuncia del fiador a los beneficios de orden, excusión y división. De este modo, cuando existe más de uno, suele exigirles que garanticen la deuda de forma solidaria entre ellos y con la compañía afianzada, sin que sea necesario agotar antes el patrimonio de la empresa y respondiendo por la totalidad de la deuda. De ahí que sea muy importante atender a lo que se negocia y firma con la entidad de crédito.

Muy a menudo la fianza, solidaria y personal es aportada por los socios de la empresa, siendo un elemento que puede llevar al conflicto entre ellos al soportar de manera diferente su peso en función del patrimonio personal que tenga cada uno. De ahí la importancia de dotar a la compañía de recursos propios suficientes, reteniendo beneficios en forma de reservas voluntarias o ampliando capital, que refuercen su estructura financiera y eviten tener que aportar garantías de tipo personal a sus socios.