16 febrero 2024
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Oportunidad y riesgo de la financiación ajena

La deuda es una herramienta que puede aumentar la rentabilidad de la empresa, pero también un riesgo que ha de saber gestionarse.
 

Mario Cantalapiedra - Economista


El apalancamiento financiero expresa el impacto que tiene la financiación ajena en la rentabilidad. Cuando la financiación a través de fondos ajenos permite incrementar la rentabilidad financiera de la empresa, es decir, el retorno que reciben sus propietarios, se dice que existe un apalancamiento financiero positivo. Por otro lado, cuando la financiación ajena conlleva una disminución de la rentabilidad financiera, se habla de apalancamiento financiero negativo o simplemente de la ausencia de apalancamiento financiero en la empresa.

Sin embargo, el posible apalancamiento financiero no puede ser el único factor a considerar al tomar decisiones sobre endeudamiento en la empresa, principalmente por dos razones.
 

La deuda implica un riesgo

En primer lugar, la financiación ajena implica asumir un riesgo para la empresa. El efecto positivo del apalancamiento en la rentabilidad financiera puede no ser suficiente para compensar el mayor riesgo que conlleva un incremento del endeudamiento. En caso de que la empresa sea incapaz de afrontar el pago de la deuda, puede enfrentarse a importantes consecuencias como la pérdida de activos, si la deuda está respaldada por garantías, o en el escenario más extremo, llegar a la quiebra.
 

La capacidad de endeudamiento es limitada

En segundo lugar, es importante entender que la capacidad de una empresa para endeudarse es limitada. A menudo, no podrá incrementar su deuda aunque lo desee, por ejemplo, en un contexto de escasez de financiación bancaria y de otros financiadores alternativos. Esta situación suele complicarse en función del tamaño de la empresa y su ciclo de vida, es decir, para las pequeñas empresas y para las de reciente creación suele ser todavía más difícil endeudarse.
 

Equilibrio entre fondos propios y ajenos

Por lo tanto, el efecto positivo del apalancamiento, aunque es un factor importante que se debe tener en cuenta, no puede ser el único criterio que determine la composición de las fuentes de financiación en las empresas. En todas ellas debe existir un equilibrio entre los fondos propios y los ajenos, que dependerá de sus circunstancias específicas. Con relación a este tema, existen dos posturas opuestas: la tesis tradicional, que defiende la existencia de una estructura financiera óptima en la empresa basada en una combinación específica de recursos propios y ajenos, y la postura de autores como Modigliani y Miller, que argumentan que tal estructura óptima no existe. Cada uno tendrá su propia opinión, pero siempre existirán empresas que aunque deseen una mayor financiación ajena, se encontrarán con dificultades para lograrla.
 

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