Los riesgos de no incluir información fiscal detallada en la memoria

Mario Cantalapiedra - Economista

La memoria junto al balance, la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de flujos de efectivo y el estado de cambios en el patrimonio neto forma parte de las cuentas anuales que las sociedades mercantiles deben presentar en el Registro Mercantil anualmente.

La memoria completa, amplía y comenta la información contenida en el resto de estados contables, en los cuales a su vez se deben recoger los números de las notas de la memoria en que se detalla información relativa a cada partida en cuestión.

Al formularse deben tenerse en cuenta una serie de aspectos, entre los que destacan los siguientes:

• El modelo que establece el Plan General de Contabilidad (PGC) recoge una información mínima, la cual puede ser omitida en aquellos casos en los que los datos no sean significativos, aplicando el principio contable de importancia relativa (“se admitirá la no aplicación estricta de algunos de los principios y criterios contables cuando la importancia relativa en términos cuantitativos o cualitativos de la variación que tal hecho produzca sea escasamente significativa y, en consecuencia, no altere la expresión de la imagen fiel. Las partidas o importes cuya importancia relativa sea escasamente significativa podrán aparecer agrupados con otros de similar naturaleza o función”).
• De igual modo, debe indicarse en ella cualquier otra información complementaria que no esté incluida en el modelo del PGC y que permita comprender las cuentas anuales mejor con el fin de que reflejen la imagen fiel de la empresa.
• Por regla general y a efectos comparativos, la información cuantitativa requerida en la memoria debe referirse tanto al ejercicio al que corresponden las cuentas anuales como al anterior.
• En ella se deberá incorporar cualquier información que otra normativa exija incluir como, por ejemplo, la normativa tributaria.

Con respecto al último elemento, es importante que la memoria incluya la información de tipo fiscal que la normativa tributaria exige, entre ella:

• Los criterios aplicados al contabilizar el Impuesto sobre Sociedades, detallando las diferencias entre la valoración contable y fiscal de los distintos elementos patrimoniales.
• Los regímenes fiscales especiales o los beneficios fiscales aplicados.
• Las contingencias fiscales.

No incluir esta información de forma detallada puede suponer, por ejemplo, sufrir una inspección por parte de la Agencia Tributaria que busque despejar sus dudas sobre las liquidaciones fiscales efectuadas por la empresa, o perder la posibilidad de aplicar un beneficio fiscal al que la compañía tenga derecho.