14 abril 2015
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Tres preguntas a hacerse ante la reactivación del crédito bancario

  

Mario Cantalapiedra - Economista

La política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE) que está proporcionando liquidez a las entidades financieras permite que se observe cierta reactivación del crédito a las empresas. En las últimas semanas varios empresarios, que hasta hace poco tiempo tenían el crédito bancario cerrado, así me lo corroboran: “los bancos vuelven a llamar a nuestra puerta”. A pesar de ello, parte del dinero que tienen las entidades financieras a su disposición para prestar sigue depositándose en el BCE aunque tengan que pagar por hacerlo, lo que continúa mostrando falta de confianza bancaria en la recuperación de la economía. Es decir, una parte de la liquidez inyectada por el BCE está llegando a la economía real, pero seguramente es menor de lo que desearía la institución presidida por mi tocayo Mario Draghi.

En este sentido, es preciso que tanto desde la óptica bancaria como desde las empresas que solicitan financiación se procure no repetir ahora los errores del pasado reciente. Un responsable de una entidad financiera de pequeña dimensión pero con cifra de morosidad baja y riesgo diversificado, me decía el otro día como en este país hasta hace poco había bancos que estaban invirtiendo el 80 por ciento de sus recursos en ladrillo, sin que nadie (Banco de España) dijese nada. Seguramente con una política de riesgosdiversificada por parte de las entidades financieras, nos habríamos evitado muchos de los problemas que hemos visto después. Lo mismo se podría indicar de empresas que aumentaron su endeudamiento bancario hasta cifras desorbitadas porque les era rentable y porque los bancos les concedían los préstamos que les pedían, olvidando que la financiación ajena supone un riesgo y que dichos préstamos habrían de devolverse, aunque cambiase el ciclo económico. Conviene recordar que muchas de las empresas que han logrado llegar hasta aquí lo han hecho precisamente por tener unos niveles de deuda razonables, y que seguimos necesitando, de forma general, empresas, sobre todo pymes, que dependan menos del crédito bancario. Luego ahora que parece que se reabre el grifo de la financiación bancaria, antes de acudir a ella las empresas tienen que tener muy claro las respuestas a las preguntas siguientes:

 

  1. ¿Para qué se quiere? (Necesidades).
  2. ¿Qué tipo de financiación se necesita? (Producto, importe, plazo, coste).
  3. ¿Cómo se devuelve? (De dónde salen los ingresos-cobros para afrontar la devolución de los fondos, lo cual implica analizar muy bien la estructura de la cuenta de pérdidas y ganancias empresarial).

 

 

 

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