24 octubre 2012
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Tres actividades de la empresa que originan flujos de caja

  

Mario Cantalapiedra - Economista

 

Reconocida la importancia que puede tener conocer la capacidad para generar caja de una compañía, más allá de cuál sea el resultado de su actividad y que la falta de sincronía entre corriente económica (ingresos y gastos) y corriente monetaria (cobros y pagos) puede motivar problemas de liquidez, un paso más allá nos llevaría a tratar de averiguar qué actividades concretas de la empresa son generadores de flujos de caja. En principio, la empresa puede generar cash-flow a través de tres tipos de actividades:

  1. Por actividades de explotación: Flujos originados fundamentalmente por las operaciones de carácter ordinario que dan lugar al resultado de la compañía. Por ejemplo, surgen al pagar una factura de compra de materia prima a un proveedor, al pagar la nómina a un trabajador o al cobrar una factura de venta a un cliente.
  2. Por actividades de inversión: Flujos que vienen motivados por las operaciones de compra y venta de activos no corrientes, es decir, de aquellos que se destinan a servir de forma duradera en las actividades de la empresa. Por ejemplo, se incluiría el pago efectuado por la compra de una máquina fotocopiadora o el cobro recibido por la venta de un elemento de transporte.
  3. Por actividades de financiación: Por último, estos flujos se originan en las operaciones de obtención o cancelación de fondos financieros, tanto propios como ajenos, por parte de la empresa, no derivados de su actividad de explotación. Por ejemplo, aparecen cuando se cobra el principal de un préstamo concedido por una entidad de crédito o cuando se pagan todas y cada una de las cuotas de amortización del mismo.

Precisamente esta subdivisión es la que utiliza el Plan General de Contabilidad (PGC) para formular el Estado de Flujos de Efectivo (EFE), que han de presentar las empresas de mayor dimensión dentro de las cuentas anuales desde el 1 de enero de 2008. Por el contrario, están exentas de presentarlo aquellas compañías, pequeñas y medianas, que cumplan durante dos ejercicios consecutivos al menos dos de las circunstancias siguientes:

  • Activo total menor o igual a 2.850.000 euros.
  • Cifra anual de negocios menor o igual a 5.700.000 euros.
  • Número medio de empleados no supere los cincuenta.

No obstante, aunque para las pymes no sea obligatorio presentar el EFE, parece un ejercicio interesante estudiar la procedencia de los flujos de caja según la división de actividades mencionada, evaluando la naturaleza real de las transacciones que llevan a generar caja.

 

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