27 abril 2010
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Subcontratación del área financiera de la empresa ¿Hay límite?

La contratación exterior de algunas actividades permite a una compañía dedicar sus propios recursos a las tareas que constituyen el núcleo central de su negocio, y es algo que parece que se está teniendo muy en cuenta en la actualidad debido a la crisis económica que atravesamos y en un afán generalizado de convertir costes fijos en variables por parte de las empresas, tratando de reducir “grasa”

Mario Cantalapiedra - Economista

 

La contratación exterior de algunas actividades permite a una compañía dedicar sus propios recursos a las tareas que constituyen el núcleo central de su negocio, y es algo que parece que se está teniendo muy en cuenta en la actualidad debido a la crisis económica que atravesamos y en un afán generalizado de convertir costes fijos en variables por parte de las empresas, tratando de reducir “grasa” por donde se pueda.

Si planteamos esta tendencia desde el área financiera, podemos pensar en subcontratar parte de sus funciones, además de por la dimensión coste comentada, por los siguientes motivos:

  • Acceder a una gestión más profesional y experta de ciertos ámbitos, sobre todo en un entorno de pequeñas y medianas empresas.
  • Liberar recursos para destinarlos a otros propósitos más críticos, logrando una mejor asignación de los mismos.
  • Descargar trabajo de tipo mecánico.
  • Consultar problemas específicos de naturaleza legal o fiscal.

La oferta de servicios externos en el área financiera es cada vez más amplia y competitiva, llegando prácticamente a abarcar todas las funciones en las que podamos subdividir ésta. Por ejemplo, podemos encontrar gestión externa especializada en los siguientes ámbitos:

  • Gestión contable, incluyendo contabilidad general, gestión de clientes y proveedores, obligaciones mercantiles, etcétera.
  • Gestión de tesorería, abarcando el control de la posición en caja y bancos, el servicio de cobros y pagos o la gestión de la inversión y financiación a corto plazo.
  • Gestión de las relaciones bancarias, incluyendo negociación con las entidades financieras.
  • Asesoramiento y gestión fiscal, desde la presentación de declaraciones hasta la tramitación de  recursos tributarios que se puedan plantear.
  • Revisión y análisis de la estructura del departamento financiero.
  • Elaboración y análisis de informes financieros periódicos.
  • Análisis de proyectos de inversión y sus fuentes de financiación alternativas.
  • Facilitación de personal experto para suplir bajas que se puedan producir en el departamento financiero.

Considero que es un problema específico de cada empresa decidir las parcelas de su organización que pueden ser objeto concreto de subcontratación, aspecto que vendrá condicionado fuertemente por la dimensión de la compañía, su estructura, así como la etapa del ciclo económico que atraviese. No obstante, personalmente no me parece adecuado ceder a un gestor externo todo aquello que necesite un conocimiento específico del negocio y se relacione con el control interno de la empresa, como pueden ser las funciones de planificación o presupuestación; hay “cosas” que no deben salir de la propia casa.

 

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