20 diciembre 2018
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Seis tareas que deben realizarse antes del cierre del ejercicio contable

   

Mario Cantalapiedra - Economista

Nos aproximamos al 31 de diciembre, fecha que suele coincidir con la de cierre del ejercicio contable de la mayoría de las empresas, en la que se determina el resultado del año y la situación final del balance. Para poner fin al ejercicio hay que realizar el que se denomina asiento de cierre, el cual supone saldar todas las cuentas abiertas (dejarlas a cero), para lo que se cargan las que presentan saldo acreedor, y se abonan las de saldo deudor. No obstante, antes de confeccionar el asiento de cierre es importante realizar y/o comprobar las seis tareas siguientes:

 

1. Reclasificación de deudas y créditos

 

En los préstamos concedidos por terceros que estén pendientes de pago habrá que reclasificar del largo al corto plazo, la deuda a pagar en los 12 meses siguientes. De igual modo, habrá que proceder con los créditos pendientes de cobro.

 

2. Periodificación de gastos e ingresos

 

En función del principio de devengo contable, según el cual los gastos e ingresos se han de imputar al ejercicio con independencia de cuál sea su fecha de pago o de cobro, la empresa habrá de comprobar o ajustar, en su caso, la contabilización de:

  • Gastos pagados por anticipado (por ejemplo, una prima de seguro anual que se paga a mitad de ejercicio).
  • Ingresos cobrados por anticipado (por ejemplo, el cobro por adelantado a un tercero del alquiler de unas oficinas propiedad de la empresa).
  • Gastos devengados y no pagados (por ejemplo, los intereses devengados de un préstamo concedido a la empresa por un banco y que se pagarán al ejercicio siguiente).
  • Ingresos devengados y no cobrados (por ejemplo, los intereses devengados de un préstamo concedido a otra empresa y que se cobrarán al ejercicio siguiente).

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3. Amortizaciones

 

La amortización de los elementos del activo no corriente que conserva la empresa al final del ejercicio, deberá realizarse en función de la depreciación por el funcionamiento, uso y disfrute de los mismos, debiéndose valorar, en su caso, la obsolescencia técnica o comercial que haya podido afectarlos.

 

4. Deterioros

 

Habrá que reflejar como gasto la pérdida de valor de cualquier activo de la empresa cuando su valor contable sea superior a su valor recuperable, y esta pérdida de valor tenga carácter reversible, es decir, pueda recuperarse en el futuro. Por ejemplo, el  gasto por deterioro puede deberse a las dudas razonables que existan a la fecha de cierre sobre el cobro pendiente de una factura.

 

5. Regularización de existencias

 

Habrán de registrarse las variaciones entre las existencias finales e iniciales, por un lado, de mercaderías, materias primas y otros aprovisionamientos, y, por otro, de productos en curso y productos terminados. De este modo, el balance de la empresa reflejará el saldo final de las distintas existencias, y la cuenta de pérdidas y ganancias recogerá los ingresos y gastos correspondientes a las variaciones registradas durante el ejercicio.

 

6. Regularización de ingresos y gastos

 

Por último, antes de realizar el asiento de cierre, se deberán saldar todas las cuentas de ingresos y gastos, llevando su diferencia a la cuenta (129) Resultado del ejercicio, que recoge el beneficio o pérdida durante el período.

 

Foto: cpastrick

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