30 octubre 2019
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¿Puede la crisis económica convertirse en una profecía autocumplida?

  

Mario Cantalapiedra - Economista

 

En psicología se utiliza la expresión “profecía autocumplida” para hacer referencia a la predicción que alguien realiza, y que una vez formulada se convierte en la propia causa de que se cumpla. Por ejemplo, un alumno que piensa que suspenderá un examen, llevado por este miedo se bloquea al hacerlo y termina suspendiéndolo.

 

Trasladado este concepto al mundo de la economía, donde no debemos olvidar el peso que tiene la psicología en las decisiones que tomamos los distintos agentes económicos, y más concretamente al entorno económico actual, puede que la crisis se convierta en una profecía autocumplida para todos aquellos que vienen anunciando su inminente llegada.

 

En este sentido, la incertidumbre que existe con la evolución de acontecimientos internacionales como el Brexit o la guerra comercial entre China y Estados Unidos, lleva a que muchas empresas retrasen sus decisiones de inversión en mercados exteriores hasta que el panorama se encuentre más despejado. Así parecen confirmarlo los datos del Duodécimo Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, impulsado por Crédito y Caución e Iberinform, que señalan como el 40 por ciento de las empresas están sufriendo el impacto de la incertidumbre internacional en sus negocios, siendo un 7 por ciento de compañías las que declaran que este impacto es muy significativo. Incertidumbre internacional que en el caso de España viene acompañada de las dudas existentes sobre la formación de un Gobierno estable, debido a nuestra fragmentación parlamentaria, que afronte con garantías el empeoramiento económico y tome las decisiones adecuadas para hacerle frente.

 

Realmente la incertidumbre afecta a todos los estratos de la economía, de tal modo que las decisiones individuales que toma cada persona o empresa basadas en sus expectativas negativas, si se consideran en su conjunto, pueden llevar a que la desaceleración sea más profunda, a tener un efecto de profecía autocumplida. Recientemente en una jornada que tuve la oportunidad de compartir con responsables de empresas del sector de material eléctrico, uno de los asistentes me comentaba como su mujer le había sugerido cambiar el sofá del salón. Me decía que se lo podían permitir, pero que habían decidido esperar a que la situación económica mejorara (recordemos que el ahorro de los españoles se encuentra en niveles máximos desde 2013). Si son muchas las familias que toman una decisión similar, los fabricantes de muebles sufrirán las consecuencias viéndose obligados a reducir su producción y a prescindir de parte de sus trabajadores, los transportistas tendrán menos trabajo, algunas tiendas de muebles se verán abocadas al cierre… trasladándose los efectos negativos al conjunto de la economía.

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