24 mayo 2023
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¿Por qué las empresas en España son tan pequeñas?

Individualismo, exceso de regulación y atracción del talento insuficiente entre las causas que explican el menor tamaño de las empresas españolas.

Mario Cantalapiedra - Economista

El tamaño medio de la empresa española es de los más pequeños de Europa. Así lo demuestran los datos de un estudio reciente sobre Crecimiento Empresarial realizado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME).

Tomando como referencia el número medio de empleados, la empresa media europea es un 24% más grande que la española. Mientras que el número medio de trabajadores por empresa en España es de 4,8, en Europa alcanza los 6. La diferencia es mucho mayor si esta comparación se realiza con países como Alemania, Reino Unido y Austria, donde el tamaño medio de sus empresas duplica al de las españolas. Únicamente Italia, entre los países europeos más grandes, ofrece un tamaño medio empresarial inferior al español con 4,2 empleados de media.

Entre las consecuencias negativas que señala CEPYME de tener un tejido empresarial de menor tamaño están los salarios más bajos, la inestabilidad en el empleo y una mayor vulnerabilidad ante las crisis económicas.


Causas del menor tamaño empresarial español
 

Se han apuntado diversas causas que pueden motivar nuestra menor dimensión empresarial, entre las que me gustaría destacar las siguientes:
 

1. Individualismo

El empresario español tiende a ser individualista y rehúye aliarse o fusionarse con otros, aunque ello le permitiera ganar tamaño y competir con mayores garantías. A pesar de las dificultades, prefiere actuar solo, es algo cultural. Inclusive existe en él cierto miedo a crecer y que ello implique perder el control de su empresa. En cambio, en otros países de nuestro entorno, es mucho más habitual la fusión entre pymes con el objetivo de ganar tamaño.

 

2. Exceso de regulación

En España existe un amplio conjunto de normas regulatorias (tributarias, contables, laborales, etcétera) que desincentiva el crecimiento empresarial. Particularmente significativo es el umbral de los 50 trabajadores, que de superarse supone aumentar las cargas para la compañía, por ejemplo, con la obligación de constituir un comité de empresa. Además, con más de 50 empleados se puede estar obligado (en función de los niveles de facturación y activo) a utilizar el modelo normal de cuentas anuales (balance y memoria) o a tener que auditarlas. En otros países de nuestro entorno, estas exigencias regulatorias son menores.

 

3. Atracción del talento insuficiente

A las pequeñas empresas les cuesta atraer al talento que precisamente necesitan para crecer y desarrollarse. No son muy conocidas, pagan menores salarios y no suelen ofrecer el desarrollo profesional de las grandes a las que, por regla general, encaminan sus pasos los profesionales más valiosos.

Asumir el reto de aumentar el tamaño medio de la empresa española hasta igualarlo con el promedio europeo no es sencillo, pero puede que sea totalmente necesario si hacemos caso a CEPYME cuando opina que “permitiría, entre otros beneficios, aumentar el PIB un 5,5%, crear más de 1,3 millones de empleos y generar recursos tributarios para reducir el déficit fiscal sin aumentar la presión tributaria”.

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