Fabricar sin obsolescencia programada
Mario Cantalapiedra - Economista
Recientemente viví el clásico pequeño drama familiar consistente en que el electrodoméstico de turno, en este caso, un frigorífico, dejara de funcionar de la noche a la mañana sin causa aparente. Sí, ese tipo de situaciones que generan un gasto extraordinario en las economías domésticas que lleva a trastocar todavía más sus maltrechos presupuestos. En este caso, lo primero que me vino a la mente fue el concepto de obsolescencia programada, polémico donde los haya, el cual básicamente viene a señalar que “los productos fallan de manera predeterminada por el fabricante al cabo de cierto tiempo o uso”.
Sobre este tema me parece interesante la iniciativa emprendida por Feniss (Fundación Energía e Innovación Sostenible sin obsolescencia programada), nacida en septiembre de 2015, y que otorga el denominado sello ISSOP (innovación sostenible sin obsolescencia programada), certificación que distingue a aquellas empresas que no incluyen la obsolescencia programada en la fabricación de sus producto o que, al menos, fabrican productos reparables por un coste menor al de comprar uno nuevo. Para obtener este sello las empresas aspirantes deben cumplir el decálogo siguiente:
En la web de Feniss, observo que, entre las empresas que ya han obtenido el sello ISSOP, figura Casio España. Pues bien, tengo una calculadora de esta marca desde el primer año de mi carrera universitaria, hace casi treinta años, y ahí sigue funcionando perfectamente. Se me ocurre que, o bien, es más fácil fabricar calculadoras que duren en el tiempo que frigoríficos, o bien, hay otros intereses detrás ¿no te parece?