13 diciembre 2010
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El esquema de la operación de "factoring"

 

 

Mario Cantalapiedra - Economista

Mediante la operación de factoring una empresa cede las facturas generadas por sus ventas de bienes o servicios a una compañía especializada o factor, el cual se ocupa de su gestión de cobro. El factor puede además ofrecer un conjunto de servicios de carácter financiero, administrativo y comercial, entre los destaca el pago anticipado de las facturas, es decir, la financiación, siendo una alternativa que permite asegurar las ventas siempre que se contrate bajo la cláusula “sin acción de regreso” o, lo que es lo mismo, “sin recurso”. En el esquema que sigue la operación se distinguen los siguientes actores:

  • Cedente: empresa que contrata los servicios de factoring cediendo sus facturas de clientes. En la relación comercial origen de la operación, por tanto, ocupa la posición de proveedor de los bienes o servicios.
  • Factor: Compañía de factoring que adquiere las facturas asumiendo su gestión de cobro y, en su caso, financiado al cedente. La mayoría de las entidades de crédito suelen tener segmentos que se especializan en proporcionar este servicio.
  • Clientes: empresas a las que vende el cedente los bienes y servicios, que están obligadas al pago de las correspondientes facturas.

El factor exigirá, antes de firmar el contrato de factoring con la empresa cedente, el cumplimento de tres requisitos siguientes:

  • La existencia de facturas a cobrar por la venta de bienes o la prestación de servicios a un cliente.
  • Las facturas emitidas provengan de ventas lícitas.
  • Las ventas hayan sido pactadas, entre empresa cedente y su cliente, a crédito.

Para acceder al factoring no será tan importante la dimensión de la empresa que solicita la operación como la solvencia de sus clientes, la cual es estudiada detalladamente por parte del factor. Por tanto, una pyme necesitada de financiación, cuyos créditos estén documentados en facturas y no cuente con efectos comerciales asociados a las mimas para descontar, puede acceder al factoring siempre que trabaje con clientes de dimensión significativa y solvencia contrastada, algo que ahora mismo, no nos engañemos, no es fácil de conseguir.

También las grandes empresas pueden utilizar la operación de factoring, aunque tengan una buena situación financiera, para disminuir su activo corriente, concretamente el reflejado en el saldo de clientes donde se contabilizan las facturas pendientes de cobro, y mejorar sus ratios de liquidez, dejando su balance con una cara más bonita, es decir “maquillándolo” un poco, en el sentido positivo del término.

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