04 agosto 2023
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Consejos para minimizar el riesgo de retrasos en el cobro de facturas

El retraso en el cobro de las facturas es un problema común en muchos sectores de la actividad

Mario Cantalapiedra - Economista

Según el último Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, impulsado por Crédito y Caución e Iberinform, el 33% de las empresas espera hasta 90 días tras la fecha de vencimiento de una factura antes de considerarla en mora. Solamente el 13% de las empresas considera que el crédito es moroso si en la fecha de vencimiento pactada el cliente no paga. Entre estos dos extremos, el 31% de las compañías deja transcurrir 30 días, mientras que otro 23% deja que pasen hasta 60 días.

La experiencia demuestra que cuanto más tiempo pasa sin que se cobre una deuda, menor es la probabilidad de cobrarla. Por tanto, la opción mayoritaria entre las empresas de considerar la mora a los 90 días desde el vencimiento parece demasiado arriesgada. Sería deseable que este plazo se acortara.

El retraso en el cobro de las facturas es un problema común en muchos sectores, por lo que es importante definir cuándo es razonable y cuándo no lo es. Para ello, se deben analizar los motivos que en cada caso hay detrás. Entre ellos destacan los errores que se pueden dar en los procesos administrativos o comerciales. Por ejemplo, la no emisión de un abono pendiente sobre una factura, o la disputa sobre la calidad de un producto vendido. Estos errores deben subsanarse con rapidez para liberar el pago que pueda estar retenido. Más preocupante es cuando el retraso se debe a los problemas financieros del cliente que le impiden pagar, o lo que todavía es peor, a su voluntad de no hacerlo. La presencia de los dos últimos motivos suele aumentar cuando existen dificultades en el mercado o crisis financieras.

En cualquier caso, desde nuestra empresa y con el fin de minimizar el riesgo de retrasos en el cobro de las facturas, es recomendable respetar una serie de pautas como las siguientes:

  • Establecer unos términos de pago claros con el cliente.
  • Reducir al máximo las tareas administrativas que se suceden entre la venta y el cobro.
  • Controlar las fechas de emisión y vencimiento de las facturas.
  • Mantener los datos sobre el cliente actualizados.
  • Establecer plazos de reclamo y medios a utilizar (correo electrónico, llamada telefónica, carta, burofax, visita personal, etcétera).
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