12 noviembre 2012
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Cálculo del coste del aval de una Sociedad de Garantía Recíproca

 

 

Mario Cantalapiedra - Economista

 

Las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) tratan de mejorar el acceso a la financiación bancaria de las pymes que tengan proyectos empresariales viables, para lo cual ofrecen su aval ante las entidades financieras garantizando los riesgos dinerarios y obligaciones de pago asumidos por las empresas avaladas. A la hora de evaluar el coste total del aval que ofrecen, hay que tener en cuenta las tres variables siguientes:

 

1. Cuotas sociales: La empresa que desee ser avalada ha de ser admitida como socio partícipe de la SGR, para lo cual habrá de participar en su capital en una cantidad proporcional al aval solicitado. Estas cuotas sociales son reembolsables a la empresa una vez se extingue el aval.

 

2. Comisión o gastos de estudio: Un porcentaje sobre la cantidad avalada, que puede ser cobrado en dos partes, a la solicitud del aval y en el momento de su formalización.

 

3 Comisión del aval: Un porcentaje sobre la cantidad avalada en cada período, es decir, sobre el importe pendiente de amortización o riesgo vivo, que se abona normalmente en pago anual durante toda la vida de la operación.

 

Una vez conocida la composición del coste, veamos un caso práctico de cálculo para una pyme que solicita el aval de una SGR sobre un préstamo bancario por importe de 15.000 euros, amortizable en tres años a razón de 5.000 euros anuales, con las siguientes condiciones:

  • Cuotas sociales (reintegrables): 2 por ciento sobre el nominal del préstamo.
  • Comisión de estudio: 0,5 por ciento sobre el importe del aval.
  • Comisión del aval (anual): 1 por ciento sobre riesgo vivo.

 Cálculo costes

Lógicamente además de los costes anteriores, la empresa deberá soportar los propios del producto financiero avalado, en el caso del ejemplo, del préstamo bancario. Los convenios de colaboración de las SGR con las entidades de crédito permiten que tipos y plazos ofertados a sus socios sean competitivos, parecidos a los que se ofrecen a las grandes empresas, puesto que el riesgo de la operación para el banco se minimiza al responder la SGR con su aval.

 

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