Dividendos o reservas: una decisión estratégica en la empresa
El equilibrio entre el reparto de beneficios y la dotación de reservas voluntarias puede ayudar al crecimiento de la empresa a largo plazo.

El equilibrio entre el reparto de beneficios y la dotación de reservas voluntarias puede ayudar al crecimiento de la empresa a largo plazo.
Mario Cantalapiedra - Economista
Los dividendos son la parte del beneficio contable de una sociedad que se distribuye a sus socios en función de la aportación realizada por cada uno de ellos al capital social. No obstante, antes de que los beneficios puedan ser repartidos entre los socios en forma de dividendos, deben cumplirse una serie de obligaciones legales y estatutarias.
Según el artículo 273 del Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital (TRLSC), una sociedad puede repartir dividendos entre sus socios siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones:
Los dividendos pueden repartirse con cargo al beneficio de un ejercicio o a reservas de libre disposición, siempre y cuando, antes y después del reparto, el valor del patrimonio neto (es decir, la parte residual de los activos de la empresa una vez deducidos todos los pasivos) sea mayor o igual al capital social. En cuanto a los beneficios que según la normativa contable se han de imputar directamente al patrimonio neto (ajustes por cambios de valor positivos y subvenciones, donaciones y legados que se reconocen directamente en el patrimonio neto), no pueden ser objeto de distribución.
La junta general de la sociedad es la encargada de decidir sobre la distribución del beneficio, previa propuesta de los administradores. Es un asunto que se incluye en los puntos a tratar en la junta ordinaria, que debe celebrarse dentro de los seis primeros meses de cada ejercicio, donde se decide la aplicación del resultado del ejercicio anterior. Una vez cumplidas las obligaciones legales y estatutarias mencionadas, se pueden repartir dividendos y/o dotar reservas voluntarias, siendo estas de libre disposición para la compañía.
Ante la disyuntiva de repartir beneficios o dotar reservas voluntarias, algunos empresarios optan por el reparto sistemático, “ordeñando” la empresa en busca de una recompensa por el esfuerzo dedicado a la puesta en marcha y desarrollo de la actividad. Esto, hasta cierto punto, parece razonable. Sin embargo, la experiencia demuestra que, ante la llegada de periodos con dificultades, como la pandemia, la probabilidad de supervivencia de una compañía puede depender de las reservas que haya generado y acumulado a lo largo de los ejercicios. Buscar un equilibrio entre ambas opciones puede ser la mejor estrategia para asegurar la sostenibilidad y el crecimiento de la empresa a largo plazo.