31 marzo 2023
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Cómo puede afectar la preocupación bancaria por la liquidez a la financiación empresarial

La preocupación por asegurar la liquidez bancaria puede tener efectos perniciosos sobre la financiación empresarial.

Mario Cantalapiedra - Economista

En esta espiral de acontecimientos negativos en la que estamos instalados, ahora parece que nos toca vivir una nueva crisis bancaria, o mejor dicho, una crisis de confianza en el negocio bancario a nivel internacional.

A esta crisis contribuyen las noticias de las últimas semanas sobre Credit Suisse o Silicon Valley Bank, del que tengo que reconocer que desconocía su existencia, nada más y nada menos que un banco para “startups”… yo que siempre digo a mis alumnos de escuelas de negocios que emprendedores y financiación bancaria son un oxímoron, ante la dificultad de los nuevos negocios para acceder al préstamo bancario durante sus primeros años de vida.

Pues bien, me preocupa especialmente el efecto que este escenario de inestabilidad financiera pueda tener sobre la concesión de riesgo crediticio a las empresas, ya afectada, por otro lado, por el incremento de costes debido al alza de los tipos oficiales de interés.

Si los criterios en los que se basa el banco a la hora de analizar el riesgo de la empresa y concederle financiación siempre son seguridad de reembolso, rentabilidad y liquidez, creo que ahora cobra especial importancia el último de ellos.

Evidentemente el banco en su análisis deberá seguir concluyendo que la empresa financiada será capaz de reembolsar los fondos prestados una vez que lleguen sus vencimientos e igualmente seguirá queriendo ganar “dinero” con la empresa, pero en una crisis de confianza sobre la liquidez, el aspecto diferenciador ahora puede ser el permanente equilibrio entre la liquidez necesaria para afrontar las retiradas de dinero de los depositantes y los fondos que presta.

Cierto es que los coeficientes de liquidez de las entidades de crédito están de un modo general en mejores niveles que en 2008, pero la búsqueda de opciones de inversión fuera de los bancos por parte de los ahorradores conservadores para no perder dinero con la inflación, así como los episodios de desconfianza sobre la situación del balance de determinadas entidades financieras, hacen que asegurar la liquidez sea más prioritario que nunca para ellas.

Esto puede suponer una restricción de la financiación bancaria a las empresas, especialmente de la más difícil de conseguir, la de largo plazo (por aquello de equilibrar los flujos financieros y garantizar la liquidez), complicando todavía más el panorama para unas empresas ya afectadas por el incremento de costes financieros.

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