El tejido productivo del País Vasco ha registrado un deterioro de su riesgo de crédito en el último año. El 18% de las empresas de la región presenta un riesgo máximo o elevado de impago, lo que supone un deterioro de un punto frente a 2023 y de ocho frente al 10% que registraba este indicador antes de la pandemia. Ese es uno de los datos más relevantes que ofrece la radiografía del tejido productivo vasco elaborada con la solución de analítica avanzada Insight View.
Vizcaya concentra al 49% de las empresas de la región y el 68% de su facturación, seguida de Guipúzcoa (37% de las empresas, 22% de la facturación). La provincia con menor tejido productivo es Álava (14% de las empresas, 10% de la facturación).
País Vasco es sede de grandes empresas energéticas lo que explica el enorme peso de este sector (23% de la facturación) a pesar de que apenas representa al 1% de las empresas vascas. El 18% de las empresas de la región se concentra en el sector del comercio, que representa el 19% de la actividad económica. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (24% de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (5% de la facturación). Lo mismo ocurre con los servicios B2B (16% de las empresas, 4% de la facturación). El sector industrial apenas supone el 9% de las empresas de la región, pero es responsable del 33% de la cifra de negocio.
La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 75% del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, apenas generan el 5% de la facturación total. En el otro extremo, la gran empresa, que representa el 1% del total, produce el 68% de las ventas de un tejido productivo que muestra una enorme madurez. El 20% de las empresas, que acaparan el 48% de la facturación, tiene más de 25 años. El 35% de las empresas, que representan el 24% de las ventas empresariales, ha sido creado en los últimos diez años.
