El tejido productivo de Canarias ha registrado un deterioro de su riesgo de crédito en el último año. El 29% de las empresas de la región presenta un riesgo máximo o elevado de impago, lo que supone un deterioro de un punto frente a 2022 y de diez puntos frente al 19% que registraba este indicador antes de la pandemia. Ese es uno de los datos más relevantes que ofrece la radiografía del tejido productivo canario elaborado con la solución de analítica avanzada Insight View.
De acuerdo con el análisis, Las Palmas concentra al 51% de las empresas de la región y el 54% de su facturación, seguida de Santa Cruz de Tenerife (49% de las empresas, 46% de la facturación).
El 21% de las empresas de la región se concentra en el sector del comercio, que representa el 49% de la actividad económica. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (24% de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (8% de la facturación). Le siguen en importancia los servicios a empresa (15% de las empresas, 7% de la facturación) y la hostelería (14% de las empresas, 7% de la facturación). El sector industrial apenas supone el 4% de las empresas de la región, pero es responsable del 7% de la cifra de negocio. El sector primario (2% de las empresas, 1% de la facturación), tiene un peso inferior al que presenta en otras Comunidades Autónomas.
La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 69% del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, apenas generan el 8% de la facturación total. En el otro extremo, la gran empresa, que representa el 1% del total, produce el 43% de las ventas de un tejido productivo que muestra una elevada rotación. Solo el 16% de las empresas, que acaparan el 38% de la facturación, tiene más de 25 años. El 45% de las empresas, que representan el 16% de las ventas empresariales, ha sido creado en los últimos diez años.
