De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, el 50% de las sociedades anónimas deportivas se encuentra en niveles elevados o máximos de riesgo de impago, frente al 32% que presenta valores bajos o mínimos. El análisis agregado de las cuentas oficiales presentadas por el sector muestra un punto de inflexión a partir de 2013 en que el ratio de rentabilidad económica o los márgenes comerciales entraron en una senda positiva. En 2020, los confinamientos vinculados a la pandemia impactaron en el desempeño de estas sociedades recortando sensiblemente estos ratios, aunque se han mantenido en valores positivos. Sus niveles de endeudamiento, aunque continúan en cotas elevadas, se han mantenido relativamente contenidos y lejos de las cifras máximas que alcanzaron en el pasado.
Las sociedades anónimas deportivas constituyen una excepcionalidad en el ecosistema mercantil español para mejorar la transparencia económica y jurídica de las empresas que operan en el mundo del deporte profesional. En la última década del siglo pasado se impulsó la creación de esta nueva figura mercantil, que trató de adaptar el régimen general de las sociedades anónimas a las especificidades del mundo del deporte, para amparar la actividad de los equipos profesionales inscritos en competiciones oficiales de ámbito estatal.
De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, Andalucía (17%), Cataluña (14%) y Castilla y León (13%) son las Comunidades Autónomas con más sociedades anónimas deportivas, seguidas de Galicia (9%), Madrid (8%) y la comunidad Valenciana (8%). Apenas un 5% del sector está compuesto por microempresas. El tejido empresarial muestra una concentración inusualmente elevada de grandes empresas (29% del total). El 33% está formado por medianas empresas y la dimensión del 33% adicional es de microempresa. El 27% de las sociedades anónimas deportivas se ha fundado en la última década y un 41% sobrepasa los 25 años de antigüedad.
