En unos días, las mesas de millones de hogares se llenarán de turrones y mazapanes. No solo en España. La industria española del dulce está logrando exportar a países como Reino Unido o Estados Unidos casi el 20% de un producto que parecía abocado al consumo nacional por su arraigo a nuestras tradiciones. En España hay un tejido empresarial de medio millar de empresas cuya principal misión es transformar el cacao y el azúcar en productos de confitería que nos endulzan la vida durante todo el año. De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, el 24% de estas empresas se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago.
La categoría de los dulces navideños apenas representa la punta del iceberg (un 5%) de la industria española del dulce. De acuerdo con los datos patronales más recientes, la tercera parte del valor de la producción está dominada por la categoría del chocolate, seguida de galletas, pastelería y bollería, panificación y caramelos. A lo largo de la pandemia, los márgenes comerciales del tejido industrial más dulce de la economía española han pasado de superar el 5,3% en 2020 a rozar el 4% en 2021. Aunque aún no hay datos cerrados de 2022, estos han seguido contrayéndose por las oscilaciones en la disponibilidad y los precios de materias primas como el aceite de girasol, el azúcar o el cacao. El plazo medio de aprovisionamiento, que muestra los días que permanecen las existencias en la empresa, alcanza los 84 días. El sector muestra una fuerte concentración, con un 19% del tejido compuesto por medianas y grandes empresas.
De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, los fabricantes de dulces se concentran en las provincias de Barcelona (14%), Madrid (8%), Alicante (6%), Sevilla (5%), Córdoba (5%) y Valencia (5%). De las seis primeras provincias del sector, Alicante presenta el mayor deterioro del riesgo de crédito: el 40% de las empresas del sector se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago. Le siguen Córdoba (29%), Barcelona (27%), Madrid (21%), Sevilla (21%) y Valencia (7%).
El 39% de sus empresas cuenta con más de 25 años y un 56% más de 15. La antigüedad es un factor relevante en el riesgo de crédito del sector: entre las empresas que se encuentran en su primera década, el 35% se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago. Este porcentaje cae sensiblemente, hasta el 23%, entre las empresas entre los 11 y los 25 años y al 13% entre las de más de 25.