El ratio de solvencia está considerado por los analistas como uno de los más importantes que existen a la hora de examinar el balance de una empresa. Según el diccionario de la Real Academia Española, la solvencia es “la capacidad de satisfacer las deudas”, por lo que el ratio de solvencia podríamos decir que mide la capacidad que tiene una compañía para atender sus compromisos de pago. Para ello compara el total de activo con la suma de pasivos corriente y no corriente, siendo el total de activo el conjunto de bienes y derechos que la empresa tiene, y la suma de pasivos corriente y no corriente lo que la empresa debe.
El ratio de solvencia muestra cuantos euros tiene la empresa, entre bienes y derechos, para hacer frente a sus deudas con terceros a corto plazo (pasivo corriente) y a largo plazo (pasivo no corriente). Debe ofrecer un resultado superior a 1, lo cual significa que la empresa cuenta con suficientes bienes y derechos para hacer frente a todas sus deudas.
Cuanto mayor sea el resultado que arroje el ratio de solvencia mayor será la seguridad en el cobro de la que disfruten los acreedores de la empresa, siendo conveniente, como ocurre con todos los ratios, analizar la evolución de su resultado a lo largo del tiempo, así como compararlo con el que puedan arrojar otras empresas del mismo sector o industria.