El retrato robot de una empresa vasca es el de una microempresa del sector servicios con sede en Vizcaya creada hace más de 15 años y con unos niveles bajos de riesgo. En concreto, Vizcaya concentra al 51% de las empresas de la región y el 65% de su facturación, seguida de Guipúzcoa (34% de las empresas, 23% de la facturación). Ese es uno de los datos de la radiografía del tejido productivo del País Vasco elaborado con la herramienta Insight View. La provincia con menor tejido productivo es Álava (15% de las empresas, 12% de la facturación).
La mitad de la actividad económica de la región (56% de las empresas, 43% de la facturación) se concentra en el sector servicios, en línea con otros territorios. En el sector industrial el tamaño medio de la empresa crece: supone el 19% de las empresas de la región y es responsable del 33% de la cifra de negocio. País Vasco es sede de grandes empresas energéticas lo que explica el enorme peso de este sector (17% de la facturación) que apenas supone el 1% de las empresas vascas. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (23% de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (7% de la facturación).
La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 68% del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, apenas generan el 5% de la facturación total. En el otro extremo, la gran empresa, que representa el 2% del total, produce el 66% de las ventas de un tejido productivo que muestra una enorme madurez. El 21% de las empresas, que acaparan el 44% de la facturación, tiene más de 25 años. El 21% de las empresas, que representan el 21% de las ventas empresariales, ha sido creado después de la crisis.
La facturación media de una empresa vasca se sitúa en los 4,6 millones de euros, todavía por debajo de los 5,3 millones previos a la crisis, aunque mantiene una línea de crecimiento desde el suelo de 3,6 millones de 2014.
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