Jefe millenial: 5 factores que marcan el cambio de paradigma en la gestión de los negocios

09 OCTUBRE 2019
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La edad ya no determina el puesto que se ocupa dentro de la organización. Se ha convertido en un dato más, al igual que llamarse Pepe o apellidarse Martínez. Según un estudio realizado por The Muse, plataforma de empleo para jóvenes, el 61 % de los millennials, que ocupan puestos directivos en la actualidad, no tienen miedo a gestionar a sus compañeros de mayor edad. Todo llega en esta vida, también lo de tener un jefe más joven. Es una cuestión casi darwinista, una evolución natural de la vida profesional. 

El liderazgo viene determinado por la cultura, la empresa y, por último, la de cada persona que conforma el equipo. La convivencia entre generaciones es habitual en el entorno empresarial y la brecha generacional no debe ser percibida como un hándicap, sino como una ventaja para enriquecer al equipo en la diversidad. Las generaciones son responsables, a partes iguales, del funcionamiento del negocio. Para que se dé la armonía perfecta entre ambas partes, habrá que valorar lo que aportan a la organización, olvidándose de la autoridad, del jefe joven, o de la experiencia del empleado de mayor edad.

Hay organizaciones que apuestan por el talento joven en su máxima expresión. Esta forma diferente de hacer las cosas es lo que verdaderamente marca la diferencia con sus colegas de otras generaciones, empoderándoles y lanzándoles directos al liderazgo.


Pero ¿cuáles son los factores que les diferencian?

1.    Uso de tecnología 

Es un factor clave en la vida de los jóvenes. La generación de Youtube e Instagram desarrolla su vida en torno al smartphone. Además, los millennials han vivido una época crucial, en cuanto a cambios tecnológicos, lo que les ha permitido una mejor adaptación y manejo de las nuevas tecnologías. Son, en su mayoría, nativos digitales porque han crecido con internet. Estas características han logrado que los millennials desarrollen comportamientos y actitudes propias de su generación, como la preferencia por la inmediatez, la comodidad para acceder a la información, la posibilidad de comunicación desde cualquier lugar y momento y la preferencia por la eficiencia, rapidez y simplicidad en todo lo que realizan.

2.    Datos e información

Manejar la información en tiempo real ayuda a tomar una decisión correcta en el momento adecuado y permite ir un paso por delante de los principales competidores. Esto sucede gracias al Big Data, que ofrece herramientas para almacenar, tramitar y analizar datos de manera cruzada, anticipándose a los acontecimientos. Con este conjunto de herramientas,  analizar, prever y tener la información necesaria en mucho menos tiempo que antes no habrá que recurrir a basarnos en nuestra experiencia e intuición para tomar decisiones de negocio.

Actualmente, hay que estar muy atentos para discernir qué información interesa y qué información entorpece el trabajo. Vivimos en un mundo 'infoxificado', por lo tanto, se debe ser selectivo y conocer bien a quién nos dirigimos, ¿en qué sector trabajamos? ¿Quién es nuestro target? Y ¿cómo será el plan financiero y sus objetivos?

Una vez tengamos estas respuestas, habrá que adaptarse a los cambios. En el mundo empresarial, nadie tiene la clave del éxito y con la digitalización hemos entrado en una rueda en movimiento que no resulta fácil de frenar. Los negocios abren, cierran, se reinventan, vuelven a cerrar y abren de nuevo con más fuerza.

La vorágine con la que se suceden los cambios con la llegada de la transformación digital ha puesto en valor algunos factores que reúnen los nacidos entre 1981 y 1996, que les diferencian a la hora de gestionar proyectos, trabajar en equipo y dominar la tecnología. Hoy en día, se necesitan profesionales capaces de adaptarse a los cambios que imprime el mercado a la velocidad de la luz. 

3.    Metodología 

 La capacidad que tienen de adaptación al cambio mediante el empleo de metodologías como la denominada Agile es fundamental para comprender como trabajan.  Esta metodología nos permite detectar las oportunidades basándose en varias premisas:

•    Las interacciones con las personas son más importantes que los procesos. 
•    Se eliminan las barreras burocráticas innecesarias y el papel.
•    Las relaciones con los clientes son colaborativas.
•    El entorno es flexible y adaptable a las situaciones reales.

Esta metodología usa marcos de trabajo como el lean. Consiste en adoptar una filosofía de trabajo que ofrece mejoras en calidad, coste, plazo de entrega y lanzamiento de producto. La rapidez y la efectividad son dos de los valores que se potencian y que inciden directamente en los resultados de negocio. 

4.    Creatividad

En la actualidad, hacer las cosas bien ya no es suficiente. Ahora, hay que hacer las cosas de forma diferente. Además de tener que trabajar según unos objetivos estipulados y orientados a resultados, hay que añadirle la necesidad de salirse de lo establecido. Este hecho supone un sobreesfuerzo al que la mayoría de los integrantes de la organización no está acostumbrado. Los millennials, en cambio, son capaces de pensar de otra forma, utilizan el pensamiento “out of the box”, el que rompe con lo prestablecido y logra ver más allá, aportando un valor incalculable a la empresa.

5.    Liderazgo participativo, camino al éxito

No conciben otra vía para el éxito. La generación de espacios para el diálogo es uno de los primeros aspectos que tienen en cuenta a la hora de dirigir equipos. La fórmula escogida por este perfil de líder se basa en profundizar en los problemas mediante el empleo de una comunicación efectiva. El diálogo, la empatía, el respeto y la preocupación por el sentimiento del empleado son sus máximas a la hora de trabajar. El líder millennial apuesta por los valores como vía de retención del talento, encontrando su máxima expresión en el sentimiento de pertenencia. Compartir estos valores con los de la empresa es uno de los requisitos fundamentales para permanecer en ella.  Son más exigentes en cuanto a la inmediatez que sus antecesores y buscan experiencias que les aporten en lo personal y profesional.

Para nivelar la balanza, solo se puede trabajar conjuntamente hacia un futuro donde la única realidad posible sea la convivencia, el respeto y la diversidad como pilares fundamentales.

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