El 17% del tejido productivo de Aragón presenta un riesgo máximo o elevado de impago, lo que supone un deterioro de siete puntos frente al 10% que registraba este indicador antes de la pandemia. Ese es uno de los datos más relevantes que ofrece la radiografía del tejido productivo aragonés elaborada con la solución de analítica avanzada Insight View.
Una de las peculiaridades de la economía aragonesa es la fortaleza de su sector industrial en cuanto al volumen de negocio ya que, representando tan solo el 8% de las empresas de la región, es responsable del 40% de la cifra de facturación. El 18% de las empresas de la región se concentra en el sector del comercio, que representa el 32% de la actividad económica. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (27% de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (7% de la facturación). El sector primario (6% de las empresas, 6% de la facturación), presenta un mayor peso que en otras Comunidades Autónomas.
Zaragoza concentra al 71% de las empresas de la región y el 76% de su facturación, seguida de Huesca (20% de las empresas, 18% de la facturación). La provincia con menor tejido productivo es Teruel (9% de las empresas, 6% de la facturación). La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 76% del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, generan el 9% de la facturación total. En el otro extremo, la gran empresa, que representa el 1% del total, produce el 46% de las ventas de un tejido productivo que muestra una enorme madurez. El 22% de las empresas, que acaparan el 59% de la facturación, tiene más de 25 años. En el lado opuesto, las empresas de menos de 10 años suponen el 35% del total y el 11% de las ventas empresariales.